martes, 26 de mayo de 2015

Grazie, Roma.

Hace ya casi dos meses que llegué a Roma, y la fecha de mi despedida se acerca, sin darme cuenta me quedan tres semanas aquí. Lo que me hace pensar en cuanto me ha servido esta experiencia, cuanto he vivido y crecido en Roma. Y cuanto ha crecido mi amor por esta ciudad.

Y es que aunque se me haya pasado tan rápido el tiempo, me parece que llevo mucho más viviendo aquí, es algo extraño y a la vez especial. Me siento muy unido a Roma. Si ya lo sentía antes de venir, ahora esta sensación se ha multiplicado de una forma increíble. Nunca había sentido algo tan bonito por una ciudad, ni creo que se pueda sentir algo así por otra que no sea Roma. Hay una canción dedicada a la AS Roma, el equipo de la ciudad, que dice:

 ‘’Dimmi cos'è che ci fa sentire amici anche se non ci conosciamo. Dimmi cos'è che ci fa sentire uniti anche se siamo lontani.’’

Palabras que explican bastante bien este sentimiento de unión, de como los romanos estamos ligados a esta ciudad. Roma es un sentimiento.

Que pasear por el centro histórico camino a una cita, pasando por el Coliseo, por el Pantheon, se convierta en algo normal es una cosa de verdad bellísima. A fin de cuentas, viviendo aquí es lo más normal que vayas a algún sitio y pases entre las maravillas de Roma. Pero nunca una rutina, un acostumbrarse a un lugar, fue tan bello.


Y aunque uno se acostumbre a ver Roma y sus lugares día tras día, esta no deja de maravillarte. Sabemos lo afortunados que somos, y lo tantísimo que cada día Roma nos da, ¿cómo no vamos a sentir este amor tan único?

martes, 12 de mayo de 2015

A la segunda va la vencida: Invitado de Honor.

Este sábado tuve el placer de asistir a una visita guiada organizada por la embajada española en Roma. A esta visita acudieron diferentes personas españolas  que residen en Roma, personas que tienen alguna relación profesional con alguna embajada en la ciudad o con el Instituto Cervantes. Acudió una familia leonesa afincada en la Capitale desde hace 10 años, otro español  con nada menos que 16 años en la ciudad, una mujer mexicana que trabaja en la embajada en Roma y su hijo, una mujer de República Dominicana que trabaja en Roma también para su embajada y una chica latina (no recuerdo el país) que trabaja en el Instituto Cervantes. Todas personas que rondan los 10-15 años viviendo en Roma a excepción de los padres de la familia leonesa, que estaban pasando unos días en la ciudad, y yo, un privilegiado con 1 mes de vida en Roma, pero que me siento más romano que ninguno.
Todos nosotros fuimos guiados por el más veterano en cuanto a tiempo en la ciudad, mi queridísimo Alberto Rodríguez, culpable de que yo haya podido disfrutar de la experiencia, y al cual aprovecho para agradecerle de nuevo la invitación. Nos hizo vivir a todos una gran experiencia.
Ya hace unas semanas me había invitado a asistir a una visita de otras características y por diversos motivos no conseguimos reunirnos y me la perdí. Esta vez, todo salió perfecto y pude disfrutar de esta visita tan especial. La sombra del primer intento pesaba sobre esta fecha!
A parte de la visita en sí, fue muy bonito compartir tiempo y vivencias con personas que compartimos el hecho de haber venido desde otros países a vivir en la ciudad eterna. Conocer la visión de Roma que cada uno tiene, la que ha ido creando por sus experiencias en la ciudad, por sus gustos, por su forma de verla. Algo muy especial.
Alberto consiguió revivir a personajes del pasado de Roma, hacernos sentir que de verdad estas calles son las que ellos y ellas recorrían, que estas iglesias son las que ellos y ellas frecuentaban. Y si, claro que es obvio que Roma es la misma ciudad, pero una de las muchas cosas que tiene de especial es que ha sido siempre la misma en todo el sentido de la palabra. Quiero decir que la gran mayoría de zonas, de lugares, siguen siendo igual que siempre. Fue increible escuchar como hablaba de Trasteve y Sant’Agostino y de los movimientos  de las meretrix por estas zonas, tal y como hablamos hoy en Roma de ir Trastevere a dar un paseo. Pasamos al lado de las casas donde vivieron Picasso, Bernini y Velázquez en su momento, por las mismas calles por las que ellos paseaban como nosotros lo hacemos hoy. La palabra ‘’misma’’ en Roma cobra un sentido totalmente pleno.
Esta visita hizo que sintiésemos esto con fuerza, que sintiésemos también lo afortunados que somos por vivir aquí. Además de conocer la historia de personajes españoles, que a lo largo de la historia vivieron también aquí y dejaron su legado, así como la relación de España con esta ciudad, más que interesante y más teniendo en cuenta hacia quien iba dirigida la visita.
Finalizada, por cierto, con un agradabilísimo capuccino cerca de Piazza España de todo el grupo y Alberto (que además invitó), comentando nuestras experiencias en la ciudad, que nos trajo aquí, la forma de vivir en Roma, como nos encontramos en la ciudad, nuestra adaptación... y alguna que otra bromilla con el cambio de significado que tiene alguna palabra de Latinoamérica a España.

En definitiva, una ocasión muy especial y muy enriquecedora que me ha encantado vivir y de la que me llevo una experiencia grandiosa, y un recuerdo precioso.